lunes, 14 de agosto de 2017

Funeral: Ojalá un funeral fuese siempre así

En más de una ocasión he manifestado mi parecer sobre Arcade Fire y su condición de grupo referente en lo que llevamos de siglo XXI. Si bien su último trabajo supone un pequeño traspié en la trayectoria de los canadienses, el crédito que llevan acumulado es más que suficiente para seguir confiando en ellos. Y buena parte de ese crédito lo obtuvieron con su disco debut, el que para muchos es el más brillante de su carrera, y que acaparó multitud de elogios allá por 2004.

Funeral se configura como un álbum heterogéneo, en el que observamos las señas de identidad de Arcade Fire, que a pesar de haber girado para tratar de reinventarse y no acomodarse, todos coinciden en que son innegociables: En primer lugar la mezcla de estilos, como abanderada de Win Butler y compañía. En segundo lugar, su incontestable habilidad para los himnos, así tal cual.

Desde el inicio con la extraordinaria Neighboorhood #1 (tunnels) hasta el final con la hipnótica In the Backseat, asistimos a un cóctel de rock, pop y folk que asombró a propios y extraños; añadiendo dos temas que son, como ya dije antes, himnos atemporales: Wake Up y Rebellion (Lies).

Si a todo lo anterior le sumamos un especial acierto en las letras y la curiosidad que despierta lo nuevo, el resultado es que Funeral es la obra redonda de Arcade Fire, tan redonda que es una losa para los canadienses, incapaces de conseguir superar la expectación creada con cada álbum que siguió al de su debut. Esto redunda en una situación para mí injusta, pues entiendo que en la carrera discográfica de Arcade Fire hay al menos un disco igual o mejor que este. En todo caso es indiscutible que Funeral es el disco por antonomasia, el metro patrón de Arcade Fire.

A destacar: Neighborhood #1 (Tunnels), Wake Up, Rebellion (Lies)
Punto Débil: Neighborhood #4 (Kettles)
Clip: Rebellion (Lies)


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